Fragmento del “Epílogo a los intelectuales chinos y la política china contemporánea”, de Liu Xiaobo, firmante de la Carta 08, condenado a once años de cárcel por “incitar la subversión contra el poder del Estado”, premio Nobel de la Paz 2010:
“Por último quiero decir unas cuantas palabras malsonantes a ciertos occidentales que coquetean con China, que están interesados por su cultura y le dirigen elogios y gestos emocionados. En mi opinión, se funda en los siguientes tipos de psicología:
[....] 4. Al igual que un turista, aquellos occidentales que elogian la cultura china partiendo del pasmo que les produce un objeto extraño. Ellos que han disfrutado y nunca dejarán de disfrutar de la civilización moderna, necesitan un reajuste, un cambio de sabor, y China, abierta de pronto tras una cerrazón de décadas, puede ser sin duda su mejor destino turístico. Esa China ignorante, retrasada, incluso primitiva, conforma una cultura totalmente diferente a la suya, suficiente para estimular su asombro y colmar sus ansias de misterio. Y así elogian la cultura china solo en tanto satisface su propia curiosidad. Si estos turistas, después de disfrutar de sí mismos, no se ponen a discutir sobre el bien y el mal, no pasa nada, no hay nada malo en ello. Pero si después de tal viaje elevan ese regocijo al rango de opción cultural para la humanidad, su absurdidad es disparatada. (…) Contemplar desde el avión la pintoresca escena de los bueyes arando tierras de cultivo, tiene ciertamente un sabor campestre cien por cien biológico, pero los espectadores no deberían, mientras se deleitan, exigir a los contemplados seguir por siempre con el cultivo de arroces en los bancales.”
Pocas expresiones más características de una época que el omnipresente sintagma “reinventarse a sí mismo”; y pocas que me resulten más odiosas… En cuatro palabras se junta la violencia de esa “modernidad líquida” capitalista que convierte a la gente en un conjunto de empresas unipersonales forzadas a “innovar” constantemente para poder seguir compitiendo en los mercados, y la pátina de glamour con que la sociedad del espectáculo quiere barnizarlo todo, de manera que bajo la superficie pulida no se adivine la podredumbre interior.
Pues sí. Y lo mismo es predicable de Cuba, esa cárcel tropical mucho más cercana. Dan náuseas los relatos turísticos de los idiotas que todavía tienen el cuajo de comentar lo muy ingeniosos que son los cubanos, capaces de repararlo todo, de aprovechar cualquier pieza de cualquier objeto y luego pontificar sobre la decadencia occidental con su obsolescencia programada, su consumismo y su canesú. Son peores que idiotas, son profundamente malvados en su idiotez.
Y vamos a lo de siempre, que no es demagogia, que es verdad pura: ninguno de esos turistas de los exóticos parques temáticos pobre-comunistas se plantea ni por lo más remoto cómo se sentiría arando un campo con bueyes o conducienco una moto-taxi en la Habana, una vieja carraca checoslovaca a la que hay que limpiar el carburador semanalmente porque si se rompe significa el hambre.
Yo comprendo la crítica de este Sr. a los turistas. Sin embargo, cuando una persona viaja fuera de su entorno habitual con fines de ocio, de disfrutar de vacaciones y conocer cosas nuevas, normalmente no se adentra en los problemas del país visitado.
Lo que es exigible es conocer esos problemas previamente y, entonces, plantearse si merece la pena ir de turismo a ese lugar. Yo, al igual que Lolo, no considero muy razonable viajar a Cuba, por ejemplo. Alguien podrá señalar que gracias al turismo entra algún ingreso en la isla…y también se mantiene al régimen, argumentaría yo.
Estuve en China en una ocasión por razones de trabajo. Entre firma de acuerdos y reuniones nos llevaron a la ópera y tuve tiempo de ver la muralla, la ciudad prohibida, algunos templos, el mercado de la seda y alguna cosa más de Pekín.
Todos compramos en el mercado de la seda, algunos se hicieron trajes a medida en menos de 48 horas y ninguno se planteó que para conseguir tal cosa un chino/a había pasado toda la noche cosiendo: la explotación de los trabajadores chinos que hace triunfar sus mercancías en eso que algunos llaman el mercado. Y occidente lo acepta con grandes aplausos. En cambio, de atacar las falsificaciones sí se ha ocupado occidente con más interés.
España vetaría la entrada en la
UE de una Escocia independiente
¿Quiénes son los dinamiteros (Anarcolactantes) en el proceso de disolución del Reino Unido Querido Pepe…? ¿los libertarios que rechazan la replicación de las estructuras de poder o los que defendían revigorizar con esteroides un leviatán que sin plan de acción ideológico que contenga las ansias de dominio del aspirante regional no es más que un mal estímulo?
Terapia para hoy, por partida doble:
1) Evidente
http://www.youtube.com/watch?v=IROvpROSMPY&feature=related
2) nada que ver con China, pero sí con esos mercados que tanto gustan a algunos (y una melodía preciosa, de paso)
http://www.youtube.com/watch?v=2Nz1iYpVneM
Ahí lo tienes, Boni. Más de lo mismo
http://www.iustel.com/diario_del_derecho/noticia.asp?ref_iustel=1055982&nl=1
Esta noticia demuestra que no hace falta cambiar el código Penal, no hace falta incrementar el número de delitos ni tipificación alguna para imputar al que gaste lo que no tiene.
http://www.iustel.com/diario_del_derecho/noticia.asp?ref_iustel=1055979&nl=1
España vetaría la entrada en la
UE de una Escocia independiente
jajajaaaaaaaaaaa
El primero que se preocupe del sistema político del país elegido para vacaciones, que levante mano.
Lo mismo que hacían los yanquis cuando venían a España, a los Sanfermines en los años cincuenta.
Tadzio dijo:
22 enero, 2012 en 20:05
Pocas expresiones más características de una época que el omnipresente sintagma “reinventarse a sí mismo”; …
Mucho más sugerente explicado por Plotino: “Y si no te ves aún bello, entonces, como el escultor de una estatua que debe resultar bella, quita aquí, raspa allá, hasta que logres un rostro bello y no ceses de labrar tu propia estatua hasta que se encienda en ti el divino esplendo de la excelencia”.