Hay cosas que vienen de atrás.
“El romanticismo sublimaría todos los tópicos de la España pintoresca y exótica, ruda y primitiva, sedienta de independencia y secularmente maltratada por sus gobernantes, marcando bien la distancia entre la sociedad española y sus políticos. Napoleón se lo creyó o al menos utilizó esta imagen para proyectarse a sí mismo como el regeneracionista salvador de la España tosca, hambrienta y tercermundista por culpa de su régimen. Los viajeros europeos románticos y el propio exilio español ahondarían en esta imagen. Théophile Gautier, Charles Davillier, Georges Sand o Prosper Merimée con su mito de Carmen por bandera serán fiel reflejo de la folclorización de lo hispano, con la promoción de Andalucía como sinónimo de lo español. Para ellos, España es África y Sevilla su capital. (…) El costumbrismo promovido por la hispanomanía romántica del siglo XIX tendrá su reflejo en nuestro país. Mariano José de Larra, Ramón de Mesonero Romanos o Serafín Estébanez Calderón aportaron infinidad de datos sobre el costumbrismo hispánico, lo que dio lugar a obras colectivas como Los españoles pintados por sí mismos (1843-1844), una especie de autorretrato antropológico español que se hacía eco de las visiones foráneas y que, en cualquier caso, contribuyó a la institucionalización de la ‘españolada’, en la que se mezclan, como ha dicho Francisco Ayala, ’la zarzuela, la tonadilla íntima y el cromo de almanaque’. El amarillismo de las postales españolas, de los arquetipos folclóricos fabricados en Europa con toda la tipología de ’casos’ (bandoleros, toreros, bailaoras…) estimuló la reacción identitaria española de la Restauración, con Juan Valera al frente, que escaló (…) las altas cumbres del esencialismo metafísico para huir de la irritante física del costumbrismo cotidiano.”
La herencia del pasado, Ricardo García Cárcel.
Esta es la España folclórica. La que la casta político-financiera crearon como su coto privado para estafar a los ciudadanos impunemente. (tocomocho. La estampita) Este es el folclore que debemos erradicar ya. Todos los demás folclores.- Flamenco, Gaitas y muiñeiras, jotas, sardanas, moros y cristianos etc. etc. Esas no nos desprestigian, sino que nos definen como país plural. Lo que nos denigra son las tradicciones de chorizos de guante blanco.
¿Acaso a alguien se le ocurriría denigrar el baile y música tirolesa, el tango argentino, o el folclore escocés, tan semejante en su música al gallego-asturiano?
http://debates.motos.coches.net/showthread.php?294556-La-verdad-de-la-econom%EDa-espa%F1ola-vista-desde-fuera
La razón de la enfermedad de España es un modelo de Estado inviable, fuente de todo nepotismo y de toda corrupción, impuesto por una oligarquía de partidos en connivencia con las oligarquías financiera y económica, y con el poder judicial y los organismos de control a su servicio. En España no existe separación de poderes, ni independencia del poder judicial, ni los diputados representan a los ciudadanos, solo a los partidos que los ponen en una lista. Todo esto lleva también a una economía sumergida que llega al 20% del PIB y que frena la competencia, la eficacia y el desarrollo del país. Además, detrae recursos con los que podrían financiarse educación y sanidad.
Yo, como nuestro presidente, creo que el año que viene será el de la recuperación económica y el de la creación de empleo.
Puede ser Cristina, no digo yo que el autor de esos párrafos no tenga razón. Pero siempre tengo la sensación de que al XIX español le acusamos de demasiadas cosas. Desde Raymond Car y Cusí, pretendiendo que todos los males actuales provienen de Fernando VII- y en parte creo que es cierto- hasta los que echan la culpa de la desafección por España de ciertas regiones, a la Restauración.
Yo creo que en ese acontecer histórico de echar todas las culpas a los políticos hay algo de inmadurez colectiva, fraguada en el absolutismo. En el fondo desde Quevedo- miré los muros de la patria mía… – o quizá antes, los ciudadanos ilustrados ya daban buena cuenta del alejamiento del Poder a pesar, o quizá por ello, de depender económicamente del Poder. Si lo analizamos despacio, en España (no sólo en España) la cultura y el poder no siempre han ido de la mano. Se recuerda a algún Rey sabio y algún noble ilustrado, pero la mayor parte de las artes y las letras proceden de la Iglesia o requerían de mecenazgo. Esa tradición comercial, mercantil y por ende burguesa que se dio en el norte y centro Europa no se conoció en España hasta casi el S.XX. Mientras, el minoritario sector culto de la población se movía casi en el radicalismo buscando una forma de expresar su frustración o diferencia frente a un pueblo casi siempre analfabeto (no sé si hemos mejorado mucho en este punto). Ese radicalismo, creo que es más estético, que profundo. No sé si realmente se manifiesta como una oposición cultural al poder caciquil o simplemente aparenta serlo. Da la sensación, visto desde hoy, que se queda más en la queja que en la auténtica acción. Unas veces de manera más extrema en la búsqueda exterior nacida de la ilustración, siempre con elementos extranjerizantes, como es el romanticismo; otras, como en el costumbrismo, intenta abrirse paso buscando le esencia autóctona. No sabría decir cuál me parece más pueblerina. En ambos casos se muestra como reacción a una sociedad cambiante pero sin la crítica social del realismo.
En todos ellos hay una frustración nacida entre su ideal de progreso y la incapacidad del gobierno y la sociedad para realizarlo.
Creo que buscaban en el tipismo español una forma de “moralidad” frente a las posiciones extranjerizantes. Una forma de ensalzar lo nacional, frente a la desarticulación de lo nacional. Un intento de conservar la tradición como muestra de que su desaparición no era la forma de progresar sino una regresión; en contraste con las ridiculizaciones afrancesadas que el movimiento romántico hizo de España. Ese eterno mirar a Francia de los ilustrados españoles, en vez de buscar la esencia en nuestras propias circunstancias. Como si el progreso requiriese apartarse de lo propio.
Pero, por encima de todo eso, y desde antiguo, más allá del S. XIX, la desafección hacia los políticos viene del afán caciquil y absolutista que el Poder ha tenido casi siempre en España. Todos miramos ahora con asombro la transición, en la que con todos sus defectos, fuimos capaces, no ya del tan alabado consenso, sino de la defensa de la libertad del otro, de la tolerancia auténtica. Quizá por miedo, pero el resultado fue una amplitud de miras que pocas veces se ha alcanzado en nuestra Historia.
Si es que nos quejamos de vicio.
El alejamiento del pueblo hacia los políticos tiene la misma base que el alejamiento de España. Ya lo dijo el poeta catalán, mucho antes que Sanchez Dragó: si habla mal de España, es español.
Sin embargo, poca veces se oye hablar mal del pueblo de nacimiento de cada cual. Entre los políticos se dice que nada hay más importante que ser Alcalde del pueblo de uno. Nuestra ciudad de nacimiento la consideramos propia, la nación no sé si tanto. No sé de dónde proviene tal cosa, pero se da por igual en toda España, lo cual además de demostrar un entronque muy nacional, debe tener unas raíces históricas comunes. Es posible que nos falte viajar, pero no al extranjero, sino a otros lugares de España. Nos falta movilidad laboral y estudiantil por el territorio nacional. Ese afán de no moverse de la ciudad propia es algo tan español como nefasto. Sin embargo, los idiomas locales, el sistema autonómico, el sistema educativo impiden una movilidad que nos haría entender mejor lo que es España.
Se dice que la ciudad más abierta de España es Madrid. Habría que plantearse si el hecho de que muchas empresas tengan su sede central aquí y por tanto acaben residiendo en Madrid personas de toda España, o que alumnos de todas partes vengan a las universidades madrileñas, no tiene algo que ver en ello.
¿ Y por qué nunca se habla del alejamiento de los políticos respecto de los ciudadanos ?
Mercedes trae a Quevedo y yo ya iba a por Don Rodrigo, porque el maltrato de los gobernantes tiene aquí mucha solera. De la explicación de García Cárcel me sobra un poco del protagonismo que da al romanticismo, a la vez que dudo que Napoleon adoptara o creyera una visión romántica de España. Una visión pintoresca y un tanto desastrada sí circulaba ya, la del Siglo de Oro sin ir más lejos, matones, pícaros y frailucos, buen ejemplo del ancien regime que el corso se proponía liquidar para bien de Europa.
Lo mismo puede decirse del costumbrismo hispano; al contrario del folclorismo y el pintoresquismo, creo que es independiente y anterior al romanticismo. Ya se ha explicado la antigua afición de la Corte española a todas las formas de lo popular, con infantas que en vez de hablar francés aspiraban a ejercer de majas, y príncipes que más que al estudio se daban a las diversiones de sus súbditos. Ilustrados hubo muy pocos, aunque muy esforzados, y por fuerza habían de destacar. Creo que en el S. XVIII miraban al norte porque es donde había luz, no por amor o afición a Francia.
Este hombre nos habla de la España de los 50 desde la república independiente de su casa. Ese salón se diría más bien de finales de los 60, pero no para mejor. Aunque lo parezca, no es una broma ni el principio de un anuncio de Ikea:
http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/oriol-junqueras-eleccion-entre-pais-nuevo-espana-los-2965392
No pierdo el hilo. Cosas como esta provocan bastante alejamiento de los políticos.
Girauta también habla de Junqueras.
,.,
FUERZAS CIEGAS
‘ABC (Madrid)’ – 2013-12-29
POR JUAN CARLOS GIRAUTA
Por encima de cualquier otra consideración, los partidos existen para construir o para destruir. O bien apuntalan un orden, o bien colaboran a su voladura. Esta condición vocacional, genética, es la que realmente determina el encaje de cada fuerza política en su contexto histórico. Al menos desde la Revolución Francesa.
Desde esta óptica, resultan insignificantes las caracterizaciones ideológicas y, por supuesto, los matices programáticos. Este concreto partido, o aquel otro, aquí y ahora, ¿ordena o desordena, refuerza o debilita, construye o destruye? Cualquier lector atento al siglo XX español sabe que, desde su nacimiento, ERC fue una fuerza destructiva. Cuando despertó del letargo franquista, siguió siéndolo.
Un viejo y destacado miembro de Esquerra decidió ponerse del lado constructivo, institucional. Como consecuencia más visible, su memoria no la reivindica ERC sino el constitucionalismo catalán. Hablamos de Josep Tarradellas, que al regresar del exilio francés contribuyó al triunfo de la Transición, a la consolidación de la Monarquía parlamentaria y al encauzamiento democrático de un catalanismo político cuyas súbitas fiebres conocía de antiguo. Y todo eso lo hizo encarnando la Generalidad republicana («restaurada» se llamó entonces). No está mal, ¿verdad? En cuanto a sus antiguas siglas, quedaron administradas por un siniestro racista que hoy, cuando todo vale, vuelve a ser pasmódicamente reivindicado.
Tras diversas mutaciones, y pese a su experiencia de gobierno durante los tripartitos, ERC no logra sacudirse su ADN: nació para estallar, es su
raisond’être. Así volverá a quedar de manifiesto cuando su presidente declare la independencia de Cataluña a finales de 2014 o principios de 2015.
Porque eso va a pasar; supongo que no se le escapa a ninguno de mis atentos lectores. La propensión a ordenar, asegurar, consolidar; la pulsión por desbaratar, minar, romper; ¿acaso significan algo si no atendemos al carácter del sistema? ¿Acaso no hay sistemas que merecen ser dinamitados? Mi respuesta es que aquellas propensiones y pulsiones sí son significativas independientemente del entorno político a ordenar o desordenar.
Creo que las formaciones nacidas para destruir seguirán destruyendo cuando el entorno cambie. Pero esto no importa a los efectos de este artículo. Estamos en la España de principios del siglo XXI. A este país, ¿cómo le irá mejor, regenerando el sistema constitucional de 1978 o dándolo por muerto? Pues bien, ni siquiera en el caso de que este sistema fuera detestable y antidemocrático, como el franquismo, podría optar por la ruptura nadie que guarde memoria de la Transición (de la ley a la ley) y de sus extraordinarios frutos.
A fortiori, esta España, que es un Estado de Derecho perfectamente homologable, miembro de la UE y del sistema Euro, aliado fiel y activo de la OTAN que no rehuye responsabilidades difíciles, cabeza de una desbordante comunidad de países con los que compartimos lengua y valores, esta España que hoy está enferma en su economía, su ética pública, sus instituciones y su unidad, no merece la eutanasia sino la curación. Necesita reformas y regeneración, no pillaje y traiciones. Necesita que se apliquen sus leyes, no que se soslaye su cumplimiento con los mismos politiqueos de camarilla que le indujeron la enfermedad, el déficit democrático.
Creyendo que la oportunidad era irrepetible, que nunca iba a dar con una España más débil, afligida y desmotivada, la coalición CiU –tradicionalmente considerada una fuerza secundaria garante del sistema, con sus cosillas pero a la postre constructiva– exhibió por fin su condición y se constituyó en obstáculo principal para la recuperación económica, moral y democrática de la nación.
Cualquiera que hubiera leído a Pujol sabía que existía el gen dormido. Que un día había de despertar. Que era algo fatal.
El amigo Girauta tiene razón básicamente aunque debo discrepar en eso de que España es un Estado de Derecho perfectamente homologable. Ningún Estado de Derecho que se precie de tal estaría tolerando los retos ilegales que se están planteando por parte de un ente como la Generalitat de Cataluña que forma parte del mismo Estado al que debe su existencia.
Por otra parte, ¿donde está la sorpresa en el comportamiento de CIU y ERC?
Como bien observa, basta haber leído algo a Pujol y conocer su pensamiento político para saber que esto acabaría así. Pujol no ha engañado a nadie. Otra cosa es que la conveniencia política y la necesidad de sus votos hayan obligado a los gobiernos de Madrid a catalogarlo de gran estadista.
En cuanto a ERC, menor sorpresa si cabe. Su comportamiento histórico es diáfano. Incluso tengo mis dudas, desde el respeto a su figura, sobre cual habría sido el comportamiento de Tarradellas si en lugar de regresar con 78 años lo hubiera hecho a edad más temprana.
El problema no es pues el comportamiento de ambos partidos perfectamente previsible sino la incomprensible tolerancia de los Gobiernos centrales ante los envites lanzados por el Gobierno autonómico catalán que, previsiblemente, acabará en un órdago.
Órdago que ya lanzó Companys en el 34 y que un Gobierno central, no precisamente de derechas, liquidó en unas horas. El problema es que hoy no tenemos ni al General Batet ni a un Gobierno en Madrid con autoridad e ideas claras.
25 victorias seguidas.
14 puntos de diferencia. Sólo hubo un color: blanco
Varios han visto a la Virgen. Pero, que yo sepa, sólo nuestro QueridoPepe ha experimentado el Apocalipsis.
http://www.libremercado.com/2013-12-29/jose-garcia-dominguez-carta-de-un-economista-a-jose-carlos-diez-70363/
Si en el libro del ínclito José Carlos se comete tamaño despropósito intelectual de atribuir la creación de las diputaciones a Franco, por qué tenemos que pensar que su cita sobre al situación del sistema financiero iba a ser adecuada. Quizá, sea más propio añadir que en ambas andaba cojitranco, lo que no nos permite inferir que en la carta de El País, caminara con soltura.
A algunos se les aparece la Virgen y a otros la parusía en forma de manual macroeconómico. Falta de humildad en todos ellos. Cosa que JGD reconoce en el ojo ajeno, pero no sé si se fija en el propio, aunque en este caso pueda llevar razón.
Gran partido de baloncesto, sí señora. Magnífico el Madrid y apañadico el Barcelona; lo que, para enfrentarse a otros equipos le será suficiente. Pero de seguir así, difícil será que gane la liga.
Lo bueno de este tipo de partidos es que a los aficionados al baloncesto, en general, nos gustan mucho, se disfruta. Lo malo, es que a los aficionados del Estudiantes nos gustaría más que perdieran los dos. Lástima de sistema.
;)
De acuerdo con tu cometario Traveller,
Pero me imagino la situación y no logro ver el resultado final. Me explico:
ERC proclama la independencia de manera unilateral. En Madrid, algo harán, posiblemente ir al TC a decir que todo es ilegal y que está muy mal y los de ERC son muy malos. O sea, nada o casi nada.
¿Qué va a pasar?
Porque yo no veo soluciones adecuadas en ningún caso. Lo que puede pasar es lo siguiente:
1) Que ERC salga al balcón, diga lo que quiera y no pase nada. Nadie en el mundo, ni en España le hará caso. Al día siguiente pedirá de nuevo dinero a Madrid y se lo darán.
2) Que en Madrid se lo tomen en serio, declaren la suspensión de la autonomía y para hacerla cumplir hay a su vez dos opciones: a) que ERC obedezca (seguro que no ocurre); b) si no obedecen, sólo queda mandar al ejército. No hay otra forma de arreglo. Invadir Tarragona y Lérida, con lo que se bloquean las centrales nucleares, el agua del Ebro, uno de los puertos más importantes y se les ahoga en su propia falacia. Eso sí, a ellos y a todos los inocentes que viven allí. Un lío de cuidado.
3) Lío que se extenderá a toda España porque el País Vasco seguirá la misma estela y las islas y vete tú a saber quién más.
4) El problema, con todo lo que se dice, no lo veo tanto con PP o PSOE, el problema aparecerá de manera descarada el día que IU, bien con el PSOE bien con cualquier grupúsculo del 15 asalten el poder en Madrid. Ese día el referéndum se hará. Se hará sólo en Cataluña, sin dar opción al resto de España, y el resultado será nefasto.
Lo dicho. No le veo solución, salvo que ERC no gobierne en Cataluña, ocurra un milagro ( es Navidad) y Ciudadanos gobierne bien sólo bien en mayoría con el PP en minoría y de paso que el PSC se caiga del caballo y apoye la unidad nacional sin fisuras.
Tenemos un problema, cierto, pero no con el actual gobierno de Madrid, que también, sino con el actual gobierno de Madrid, el futuro gobierno de Madrid ( sea el que sea) y con todos los posibles gobiernos de la autonomía catalana.
Señoras, señores,
Disponen de nuevo hilo.
José Carlos Díez es un economista que ha
combinado su faceta académica y empresarial
durante toda su carrera profesional. Su actividad
académica está vinculada a la Universidad de
Alcalá, donde estudio su licenciatura y su doctorado
en Economía y donde es profesor de Fundamentos
del Análisis Económico.
En la actualidad es Economista Jefe de Intermoney,
empresa fundada en 1979 y líder en España de
intermediación en mercados monetarios. Contribuye
con sus previsiones al panel de expertos del BCE
sobre economía europea y al panel de Funcas
sobre economía española y asesora a las
principales empresas, entidades financieras e
instituciones españolas e internacionales.
Si la envidia fuera tiña……………………………………………………..++++++